22.8.06

El último gran héroe

El Tour de 1998 siempre será recordado por el escándalo del Caso Festina, el plante de los corredores y en España la huida de equipos y medios de comunicación que nos obligaron a ver los últimos días de carrera por Eurosport. Sin embargo, aquel Tour nos mostró una de las mayores exhibiciones ciclistas modernas, el encubramiento del mejor escalador de los últimos 30 años; Marco Pantani.
Jan Ullrich había cogido el amarillo en la octava etapa tras ganar la contrareloj de Correze, en la que aventajo a Pantani en 4'21", lo que unidos a los 40 segundos que había perdido en el prólogo dejaban al italiano a más de 5 minutos de Jan.
En los Pirineos, primero en la etapa con final en Luchon y luego en la de Plateau de Beille, Pantani logró recortar minuto y medio. Ullrich, imitando a Indurain, controlaba el grupo principal y dejaba al Pirata en márgenes poco preocupantes.
Pero llegamos a la etapa decimoquinta. Se sube la Croix de Fer, el Telegraphe y el Galibier para acabar en Deux Alpes. La etapa reina del Tour se disputa bajo un clima dantesco; lluvia, granizo e incluso nieve. De todos es sabido que a Ullrich le gusta el calor. Habrá batalla.
En la súbida al Galibier, Fernando Escartín atacó dos veces. Ullrich lo cogió. Al tercer intento se marchó. Estaba bien situado en la general, pero Jan mandó al Telekom que lo dejara ir. O eso creyeron todos... salvo Marco. Como en los tiempos de Miguel, nadie se atrevía a cuestionar al capo de la carrera, pero Pantani vió debilidad. Seco, atacó. Ullrich se fue tras él, pero...reventó. Pajara descomunal. En la cima del Galibier, Pantani -que ya había dejado atrás a Escartín y al resto de escapados- le saca 2'49" a Ullrich.
Al llegar a las faldas de Deux Alpes la lluvia y el frío arrecian. Pantani tiene poco más de 3 minutos de ventaja. El descenso no le había favorecido. Pero en la última ascensión la apoteosis. En uno de los ascensos más plásticos jamás vistos -favorecido por el efecto de la lluvia- Pantani incremeta su ventaja y saca 8'56" a Ullrich, dejándolo en la general a 5'56".
Al día siguiente en la etapa de la Madelaine, Ullrich lo intentó todo pero no logro despegar a Pantani de su rueda. Había quien creía que en la contrareloj final cambiaría la situación, pero eran muchos minutos incluso para la Locomotora de Rostock.
Pantani era el nuevo Coppi; Jan Ullrich jamás sería el nuevo Indurain.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Vaya pena de hombre. ¿Por que se suicidaría? El precio de la fama... A mi eso nunca me pasará

7:53 p. m., agosto 24, 2006

 

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