17.8.06

Milagro en el Camp Nou


A los 6 minutos Supermario Basler lanzaba una falta que tras golpear en la barrera se colaba en la meta de Peter Schmeichel. Manchester 0-1 Bayern.
A partir de ese instante la posesión del balón perteneció al equipo inglés. El Bayern, dirigido por el gran Matthaüs, se encerró atrás y salía rápido al contraataque.
Fue el Bayern quien tuvo las oportunidades más claras, ya que el Manchester hacia poco más que pasarse el balón en medio campo. A 10 minutos del final, Scholl tiró una vaselina que golpeó en el poste derecho de Schmeichel. En la siguiente jugada, Jancker lanzó una volea espectacular que dió en el larguero. A 5 minutos del final, el United había dado el partido por perdido.
Con Lotthar Matthaüs en el banquillo celebrando el título, solo se esperaba el pitido final para que la máxima de Lineker se cumpliera una vez más. Pero aquel 30 de mayo de 1999 se cumplía el 90 aniversario del nacimiento de Matt Busby, la gran leyenda de los diablos rojos.
En el minuto 67 de partido Blomquist había sido sustituido por Teddy Sheringham. Era Sheringham un ilustre veterano del fútbol inglés al que muchos decían que le venía demasiado grande el Manchester. 14 minutos después saltaba al campo Ole Solskjaer. El noruego era una apuesta personal de Ferguson y estaba considerado un buen elemento de banquillo. Nadie habría apostado por ellos en aquella final europea de Barcelona.
Minuto 90. El Manchester a la desesperada. Desde la frontal y tras una serie de despejes Becks lanza un disparo. En el área decenas de camisetas. Rechaces. Rebotes. El balón llega a Sheringham; a su lado 4 camisetas del Bayern. Le pega mordida. Gol. El balón se cuela pegado al palo izquierdo de Kahn. Prórroga...
Minuto 91. En pleno éxtasis devil córner idéntico al anterior. Exactamente igual, quien ahora aparece es Solskjaer. Cabezazo perfecto, de los que enseñan en las escuelas. Pega en el palo. Gol. 2-1. El Manchester gana la Copa de Europa.
Risas y lágrimas. Matthaüs no se lo podía creer. Kuffour y Tarnat apoyados en los palos de la portería no tenían fuerzas para continuar. La imagen de Collina intentando levantarlos pasará a la posteridad. Por una vez el fútbol no es un deporte donde siempre ganan los alemanes.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Ese partido fue la bolsa. Yo me acuerdo perfectamente. Se cumplió la máxima de Lineker, efectivamente. aaaaaaaaaaaaa, que tiempos aquellos en los que el Madrid ganaba trinta copas de europa. Esos tiempos volverán con Van the Man.

7:56 p. m., agosto 24, 2006

 

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